31 de Agosto, Día Internacional de la Solidaridad
El mes de la solidaridad no es solo un patrimonio de quienes siguen a Cristo, sino de todos quienes están conscientes que “hay más felicidad en el dar que en el recibir”; por otro lado, no hay duda que no tiene porque limitarse a un mes del año, ésta debiera ser una actitud permanente, porque solo así vamos construyendo una sociedad más justa, más digna, más generosa.
Este tema tiene varias aristas y una de ellas y a nuestro parecer la más importante es como construimos una “cultura solidaria”. Sin hacer mucho esfuerzo podemos recordar como hace unos años éramos un pueblo con mucho sentido de la solidaridad. La dimensión de los barrios eran familias extensas donde todos se apoyaban. Era común pedir prestado al vecino cualquier cosa que involuntariamente faltaba en nuestras casas. La preocupación por el vecino era un signo solidario. Nos conocíamos. Hoy esta realidad se vive solo en poblaciones populares y se ha perdido en los estratos altos y medios.
Vivimos hoy en medio de una sociedad bastante individualista y algo más egoísta que la de antaño.
Sin embargo, esta realidad se contrasta con la de miles de jóvenes de distintos medios sociales en todo el país que no solo “dan” algo para los más necesitados, sino que “se dan”. Están con la gente, se comprometen con ella. “Grupos Juveniles”, en Cuerpos de Bomberos, en trabajos voluntarios de verano e invierno y en tantas otras obras solidarias, son una muestra de ello. De esta manera en el futuro es de esperar que la solidaridad sea parte importante de nuestra cultura.
Como concejal estaré para apoyar las iniciativas de jóvenes con espíritu solidario, que deseen formar y consolidar grupos de trabajo en apoyo de los mas necesitados.
